Ismail Haniyeh, un alto dirigente del movimiento palestino Hamás, fue asesinado el miércoles en un ataque con un artefacto explosivo que fue introducido clandestinamente en la casa de huéspedes donde se alojaba en Teherán. Esta información ha sido confirmada por siete funcionarios de Medio Oriente, incluyendo a dos iraníes y un funcionario estadounidense.
Según los informes, la bomba había sido escondida en la casa de huéspedes aproximadamente dos meses antes del ataque, de acuerdo con cinco de los funcionarios consultados. Este lugar, que es administrado y protegido por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, forma parte de un extenso complejo conocido como Neshat, ubicado en un barrio de lujo en el norte de la capital iraní.
Haniyeh se encontraba en Teherán para asistir a la ceremonia de investidura presidencial. La detonación del explosivo fue realizada de manera remota, según los cinco funcionarios, y se llevó a cabo una vez que se confirmó que Haniyeh estaba en su habitación. La explosión también resultó en la muerte de uno de sus guardaespaldas.
El impacto de la explosión sacudió el edificio, rompiendo varias ventanas y causando el colapso parcial de un muro exterior. Estos daños fueron corroborados por dos funcionarios iraníes, miembros de la Guardia Revolucionaria que estaban al tanto del incidente. Además, se evidenció el daño estructural en una fotografía del edificio que fue compartida con The New York Times.
Haniyeh, quien había estado al frente del brazo político de Hamás en Catar, había utilizado la casa de huéspedes en varias ocasiones durante sus visitas a Teherán, según los funcionarios de Medio Oriente. Todos los funcionarios que proporcionaron información sobre este incidente lo hicieron bajo condición de anonimato debido a la sensibilidad de los detalles relacionados con el asesinato.
