Por una vez, Didier Deschamps tuvo la oportunidad de reflexionar en una rueda de prensa que transcurrió casi sin incidentes. Dadas las circunstancias, eso había parecido poco probable. El domingo, los votantes franceses habían emitido una punzante reprimenda a la extrema derecha en unas elecciones legislativas sísmicas. El martes, la selección de fútbol del país, cada vez más activista, se enfrentará a España en una semifinal de la Eurocopa.
En medio de ambos eventos, Deschamps, el entrenador de la selección francesa, se presentó ante los focos de los medios de comunicación de todo el mundo. Aunque siempre se ha mostrado calculadamente inescrutable, sus jugadores no. A lo largo del último mes, media decena de miembros de su plantilla han dejado perfectamente claros sus sentimientos sobre el auge de Agrupación Nacional.
El delantero Marcus Thuram llamó a los franceses a “luchar a diario” contra la amenaza de la extrema derecha. El defensa Jules Koundé expresó su esperanza de que el país rechace a quien “pretende arrebatarnos la libertad”. Su compañero de equipo Ibrahima Konaté instó a no entregar el poder a “ciertas personas que pretenden dividir”.
Deschamps, por lo tanto, bien podría haber esperado diálogos incómodos el lunes. En lugar de eso, se encontró con un tipo de preguntas que debieron suponer un alivio. ¿Qué tal está Kylian Mbappé? ¿Qué opina del centro del campo español?
Marcus Thuram, a la izquierda, y Kylian Mbappé fueron algunos de los jugadores franceses que se pronunciaron con contundencia antes de las elecciones en Francia.
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