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Al principio, aparecieron como una nube de polvo en el horizonte. En cuestión de segundos, las motocicletas que transportaban a los soldados rusos surgieron a toda velocidad, zigzagueando por el campo, levantando polvo y lanzándose en una carrera ruidosa y peligrosa hacia una trinchera ucraniana.
“Se movieron rápidamente, se dispersaron y se desviaron”, comentó el teniente Mykhailo Hubitsky al describir el asalto ruso en motocicleta que presenció. Esta táctica de ataque ha proliferado a lo largo de la línea del frente esta primavera, añadiendo un nuevo y salvaje elemento a los ya violentos y caóticos combates.
Los soldados rusos montados en motocicletas, motos todoterreno, cuatriciclos y buggies representan ahora cerca de la mitad de todos los ataques en algunas zonas del frente, según soldados y comandantes, ya que las fuerzas de Moscú buscan utilizar la velocidad para cruzar espacios abiertos expuestos donde sus pesados vehículos blindados son blancos fáciles.
Estos vehículos no convencionales han estado apareciendo con tanta frecuencia que algunas trincheras ucranianas ahora tienen vista a depósitos de chatarra de vehículos todoterreno abandonados y destrozados, tal como muestran videos de drones de reconocimiento.
Esta nueva táctica es la última adaptación rusa a un campo de batalla minado y continuamente vigilado, donde las fuerzas de Moscú trabajan para lograr pequeños avances tácticos, a menudo de solo unos cientos de metros.